Friday, August 21, 2009

Relación de las Ültimas Noticias en Derechos Humanos




¿Qué relación puede haber entre la campaña publicitaria para el reconocimiento masivo de detenidos desaparecidos, la aprobación de la Ley de Declaración de Ausencia por Desaparición Forzada de Personas, y el Indulto Presidencial Masivo del Bicentenario?


Para nosotros, los familiares de ejecutados políticos y detenidos desaparecidos, que hemos sobrevivido durante 37 años a este desastre emocional, político y social, nos resulta perceptible, por experiencia, una relación casi premeditada que siempre nos lleva al camino del “Nunca Jamás”.


¿Será que vamos a guardar muestras de sangre para el día que los detenidos desaparecidos aparezcan?, ¿si los que han aparecido es solo por la acción de búsqueda que hemos desarrollado nosotros, con la más absoluta carencia de recursos y apoyo del Estado y de las Fuerzas Armadas y de Orden, quienes saben donde están y son quienes los hicieron desaparecer? Esta duda se responde a si misma con la necesidad de invertir el orden de las acciones que nos podrían llevar a un final acorde a lo que esperamos en relación a una política de derechos humanos y reparación al daño sufrido por el genocidio cometido, o sea, primero tenemos que realizar una campaña de búsqueda, como esas humildes y arriesgadas campañas clandestinas que realizamos en dictadura, que nos llevaron a hallar a los nuestros a lo largo del país, campañas que esperábamos haber oficializado después del año 1990 y que hasta ahora esperamos, más allá de tantas madres y familiares que han envejecido y han muerto en la tortura de esperar. En conclusión, es muy difícil que este muestreo responda al problema de fondo, y muy lejos de las expectativas que produce en los familiares solo servirá para identificar los restos que hemos hallado y durante tantos años esperan en la morgue de Santiago. Entonces, lo importante, lo gravitante, sería que luego de este muestreo masivo, venga un programa de búsqueda que en justicia exija al Ejército, a la Marina, a la Aviación y a Carabineros, la entrega de los restos de las víctimas de desaparición forzada, que ellos esconden como instituciones.


Luego -¿La aprobación de la Ley de Declaración de Ausencia por Desaparición Forzada de Personas nos lleva a ese objetivo?- lo ideal es que así sea, pero, esta ley solo se refiere y apunta a la regularización de asuntos patrimoniales y civiles relacionadas con bienes y herencias de los detenidos desaparecidos, y aún así, los culpables del crimen masivo, golpistas y militares que actualmente son miembros del senado no la aprueban por el solo hecho de referirse a “Desaparición Forzada de Personas”, cosa que ellos hasta hoy niegan, con la más eficiente y lúcida mentalidad criminal.


Finalmente, el Indulto Presidencial Masivo del Bicentenario, nos parece un presagio de indulto para los criminales de nuestros familiares ejecutados y detenidos desaparecidos, porque si estamos hablando de ancianos condenados que están enfermos y merecen, en virtud de su edad y dolencias, pasar los últimos momentos de sus vidas junto a sus familiares como una manifestación piadosa de la sociedad vigente, que apela a cuestiones religiosas y cristianas fundamentalmente, los acusados y condenados por las causas judiciales que hemos llevado adelante a pesar de tantos obstáculos, se han hecho viejos , enfermos al parecer, y han apelado a la pérdida geriátrica de la memoria.


La relación que existe entonces entre estas tres noticias que han circulado simultáneamente en la farándula nacional de los derechos humanos, es que producen el mismo sentimiento de incredulidad depresiva en torno a la posibilidad de hallar a nuestros detenidos desaparecidos, llegar a la verdad de los hechos y aplicar la justicia necesaria para no repetir, quizás dentro de los próximos cien años de nuestra Nación un nuevo genocidio; porque en el Centenario de 1910, también el Gobierno dictó una Ley de Amnistía o Indulto para los presos políticos, los exiliados, los prófugos y los desertores del ejército en la Gran Huelga de 1907 en Tarapacá, quienes, con la más absoluta impunidad del Estado, fueron acusados y condenados por la Matanza de la Escuela Santa María de Iquique. Genocidio cometido en esa época, a pedido y en beneficio de los intereses económicos del Imperio Británico.


Felizmente, hemos desarrollado la práctica de la Recuperación de la Memoria Histórica, que en base a relatos, causas judiciales y vivencias, ha ido configurando nuestra verdad, la que nos llevará al Juicio Histórico que ineludiblemente nos dará la razón, y condenará a los culpables, a pesar de la impunidad impuesta por el poder político y económico de los genocidas, que en este Bicentenario seguramente volverán a ser encubiertos.



Angélica Palleras Norambuena

Hermana de Adolfo Palleras N.

Ejecuta en tortura por la Caravana de la Muerte

Copiapó, octubre de 1973






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